La “No vuelta a clases” se llama la intervención urbana que fundación Súmate, del Hogar de Cristo, realizó esta mañana en avenida Nueva Providencia. A la salida del Metro Los Leones, se instaló un rincón con maniquíes que recreó las exuberantes vitrinas de ofertas con útiles y uniformes escolares de marzo, pero donde los niños en vez de estar con sus jumpers, chaquetas y mochilas flamantes, están limpiando vidrios o vendiendo helados. La actividad tuvo como objetivo visibilizar a los casi 78 mil niños y jóvenes excluidos del sistema escolar.Paulo Egenau, director social nacional del Hogar de Cristo señaló: “Hay un porcentaje de niños pobres y excluidos que no están siendo priorizados, que no son importantes desde el punto de vista de las políticas públicas. Son niños que no se organizan, no marchan, no se representan a sí mismos en sus derechos y, por lo tanto, quedan en la periferia. No es posible que siendo un país OCDE, tengamos estos olvidos, que hayamos disminuido en más de 33 mil millones de pesos la glosa presupuestaria para la reinserción educativa justo cuando el país ha hecho su mayor esfuerzo en la historia para promocionar y visibilizar la importancia de la educación en el desarrollo humano”.
Fundación Súmate cuenta con cinco escuelas de reinserción, cuatro en Santiago y una en Lota. Mauricio Ruz, de 18 años, es uno de sus estudiantes. Asiste al colegio Padre Álvaro Lavín, en Maipú, y hoy estuvo presente junto a cuatro compañeros más, con pancartas y conversando con los transeúntes y medios de comunicación. Orgulloso, contó su historia: “Mi realidad es que estuve en situación de calle, pidiendo plata, pero gracias a Súmate que me dio una segunda oportunidad, puedo sacar mi cuarto medio y una carrera técnica. El 2008 dejé de estudiar, y el 2016 retomé mis estudios. Mi problema era la familia, el entorno, no había apoyo, dedicación, entonces recurría a la calle porque me sentía solo. Hoy todo está bien. Conocí compañeros, nuevas amistades, otro entorno, cambié mi forma de pensar y todo eso me hace súper feliz”.
Christopher Rojas, de 18 años, otro de los jóvenes de Súmate presentes en la intervención urbana, tiene claro su futuro: quiere ser carabinero. “La fundación da hartas oportunidades a los que no han podido seguir estudiando, a los que han tenido problemas en los otros colegios. Los profesores son súper preocupados de nosotros. Me siento realmente apoyado”.
Algunos datos de los 78 mil jóvenes excluidos del sistema escolar: El 69,5% se encuentra dentro de los dos primeros quintiles de pobreza por ingreso. El 87% tiene entre 14 y 18 años. El 79% de los padres de estos jóvenes no terminaron la enseñanza media. Otro antecedente muy relevante es que 14 mil jóvenes se encuentran en riesgo de abandonar el colegio, ya sea por dificultades sociales o económicas, además de problemáticas escolares como baja asistencia o rendimiento.
Esta es una realidad que no deja indiferente a nadie. Los transeúntes así lo manifestaron hoy, sacando fotos a la instalación, mirando y leyendo las frases que acompañaban la escena. Cristian Borcoski, periodista de radio Bio Bio, estuvo ahí y señaló: “Ojalá fueran muchas más las escuelas de reingreso. Cuando se rescata a un niño que no tiene quién lo quiera, lo valore, es mucho más valiosa. Hay jóvenes en Súmate)que tienen los mismos objetivos, los mismos logros y ellos mismos generan una estructura de apoyo que permite a los demás avanzar. Es decir, es una competencia sana. Los que están aquí, es porque quieren lograr algo y cuando se ven con los demás en una realidad similar, se potencian”.
Varios transeúntes manifestaron su opinión. Uno de ellos señaló: “Hay una importante labor del Estado y del Ministerio de Educación de tratar de atraer a esos niños para que regresen a los colegios”, mientras otro traspasó a los padres la preocupación por la educación de los jóvenes. “Es responsabilidad de un padre dar educación a sus hijos. Es responsabilidad de la familia que un hijo estudie”, dijo. La intervención urbana cumplió su propósito: visibilizar y generar debate ante un tema y una población excluida, y será replicada en otras regiones de Chile, porque este es un problema nacional.
Súmate, fundación del Hogar de Cristo, trabaja por garantizar el derecho a aprender de niños y jóvenes con alto potencial de desarrollo, que viven en contextos de vulnerabilidad social, impulsando su integración y mantención en el sistema de educación formal. La institución cuenta con cuatro colegios en Santiago y uno en Lota, además de programas socioeducativos destinados a prevenir el abandono escolar y apoyar a los estudiantes.