1.870 niños, niñas y jóvenes de las cuatro escuelas de reingreso de Fundación Súmate de Hogar de Cristo y de seis programas socioeducativos se vieron beneficiados con una importante donación económica de J.P. Morgan, firma que además realizó talleres y mentorías para los estudiantes. Estudiantes y voluntarios de la empresa saltaron juntos no sólo la brecha digital; se encontraron humanamente.
Por María Teresa Villafrade
La pandemia provocada por la propagación del virus COVID-19 aceleró la necesidad de transformar digitalmente los procesos educativos de la Fundación Súmate que cuenta con cuatro escuelas de reingreso y 6 programas socioeducativos para cumplir con su misión de reintegrar a los niños, niñas y jóvenes (NNJ) excluidos del sistema escolar.
El traspaso abrupto desde lo presencial a lo digital, sacó a la luz la marginalidad tecnológica a la que se han visto enfrentados durante toda su vida, pasando a ser para ellos un factor más de exclusión educativa y social. Por esta razón, el aporte de J.P. Morgan, empresa global líder en servicios financieros, a la fundación –que permitió comprar 1.870 planes de datos con internet y entregar apoyos para necesidades básicas como alimentos e higiene personal -, fue fundamental para brindar contención emocional, apoyo educativo y herramientas para el bienestar integral de los estudiantes de Súmate durante todo el 2021.
Así, pudo darse continuidad a sus trayectorias educativas a través de la conectividad permanente y también recibir el acompañamiento y atención durante la pandemia por parte de los 192 profesionales vinculados a Súmate. Pero eso no fue todo. Gracias a esta donación, los estudiantes de la fundación desarrollaron habilidades tecnológicas que no habían soñado antes, porque no tenían los medios para solventar buenos planes de datos en internet y algunos de ellos, participaron en encuentros que fueron muy útiles con voluntarios de JP Morgan.
ENCUENTROS PARA CRECER
Gloria Guerra, profesional de apoyo social del Programa Socioeducativo (PSE) de Súmate en Villa Alemana, Valparaíso, participó de varios “Encuentros para crecer” con alumnos de Súmate y voluntarios de JP Morgan.
“Han sido conversaciones muy amenas en las que los voluntarios contaron cómo consiguieron sus primeros trabajos, qué estrategias ocuparon durante sus años estudios y las dificultades que encontraron en su camino, y muchos otros consejos de gran utilidad”, explica Gloria.
Relata que en el primero de esos encuentros en los que ella participó, el voluntario y el alumno se llamaban igual: Samuel, y conversando descubrieron que tenían cosas en común como el deporte y la música. “El voluntario me escribió después agradeciendo haber tenido la oportunidad de hablar con este chico, ya que esa experiencia le había hecho replantearse su forma de ver la vida. Eso me gustó mucho, porque no solo se viene a entregar sino también a recibir, nuestros alumnos tienen mucho que aportarnos a todos”, agrega.
Otro de los encuentros se realizó con tres jóvenes privados de libertad. En esa ocasión, el terapeuta ocupacional Emanuel Mella sostuvo una reunión previa con la voluntaria Alejandra para contextualizar la realidad que viven Pablo, Matías y Bryan. “El encuentro de la voluntaria con ellos fue muy enfocado en la cotidianeidad, dadas las circunstancias, en lo importante que es ser perseverante ya que ellos están estudiando con mucho esfuerzo”, dice Gloria Guerra.
Finalmente, hubo un tercer encuentro, esta vez con dos jóvenes que ya están matriculados para estudiar gastronomía en un instituto de educación técnica superior. “Ellos preguntaron mucho a Consuelo, la voluntaria, sobre las técnicas de estudio, la relación y el trato con los profesores y con los compañeros en sus épocas universitarias. Realmente fueron encuentros muy buenos que cumplieron con sus objetivos a cabalidad”, concluye la profesional.
APOYO A LA INSERCIÓN LABORAL
Para el Senior Country Business Manager de J.P. Morgan, Rafael Contreras, formar parte del voluntariado corporativo significa aportar a la sociedad desde un punto de vista distinto.
“Como colaboradores de un banco global con presencia local, tenemos claro nuestro propósito de contribuir al desarrollo del mercado financiero en Chile. Sin embargo, esto conlleva una responsabilidad mayor en cuanto a lo que podamos aportar a nuestra sociedad, ello considerando la oportunidad que hemos tenido de contar con una buena preparación profesional y tener una experiencia laboral que creemos puede ser útil para otros. En tal sentido, creemos que nuestro apoyo a jóvenes de la Fundación Súmate de Hogar de Cristo en términos de mentorías y talleres, puede ser de gran apoyo para su proceso de inserción laboral”, señala.
Cuenta que J.P. Morgan lleva años fomentando una cultura de diversidad, inclusión y responsabilidad social, que incluye la organización “Volunteering Leadership Group” (Grupo de Liderazgo de Voluntariado) que reúne a aquellos colabores interesados en realizar actividades de voluntariado. “En J.P. Morgan Chile hemos sido particularmente exitosos considerando la cantidad de voluntarios dentro de un equipo relativamente pequeño respecto a otras organizaciones”, enfatiza.
-¿Ha cambiado la mirada de la empresa tras las sucesivas experiencias vividas en este aspecto?
-No cabe ninguna duda. Aún cuando nuestras actividades de voluntariado son parte de nuestra genética como organización, cada una de ellas conlleva un acercamiento a una realidad que para muchos no es cotidiana, y que nos hace tomar conciencia respecto a lo mucho que falta por hacer para que nuestra juventud pueda surgir, desarrollarse plenamente y contribuir para que tengamos una sociedad mejor para todos.