“Estela es mi nombre, pero normalmente mi padre lo usaba para regañarme. Mi tía se llama Estela, por eso me pusieron así. Pero al tener el mismo nombre, decían Estela y nos dábamos vuelta las dos. Entonces quedó que Estela es la grande y Estelita la chiquita”, cuenta Estela Sebeto, gerente general de The Ritz-Carlton, el hotel de lujo ubicado en Las Condes. La empresa junto a las fundaciones Súmate y Emplea, del Hogar de Cristo, trabajan en una especial alianza desde el año pasado para entregar oportunidades laborales a sus participantes.
Por María Luisa Galán
Le gusta que le digan Estelita, porque le recuerda su hogar, en Buenos Aires. Es la hija “del medio”, entre comillas, porque tiene dos hermanas mayores que son mellizas y un hermano menor. Su mamá fue bailarina de flamenco y su papá comenzó como técnico en los galpones de Aerolíneas Argentinas, para luego ascender a ingeniero técnico de vuelo, las personas que acompañan a los pilotos y se aseguran que la mecánica del avión funcione como reloj. Tenía 7 años cuando a su padre lo trasladaron de puesto, cambiándole su vida y sus oportunidades.
Cuando se dio cuenta que existían los idiomas, se propuso aprenderlos. A los 9 años comenzó a estudiar inglés, a los 18 ya era bilingüe. Quería ser azafata, para acompañar a su papá, pero no tenía la edad suficiente así que entró a estudiar hotelería, mientras cumplía los 21. Entre medio estudió modelaje para terminar con su timidez y sacar lo mejor de sí. Lo pasó mal al principio, pero al final fue la modelo top, fue miss Buenos Aires para miss Argentina. “Ser modelo me ayudó mucho a expresar, a no tener vergüenza de mi misma, ni de mi cuerpo”, cuenta.
Llegaron los 21 años, pero Estelita ya estaba enamorada de su carrera. El contacto con los clientes, su conocimiento de inglés, lo que aprendió como modelo, fueron sus principales motivaciones y herramientas para definir que este era su camino. “La teoría se empezaba a materializar en acción”, dice. Hizo la práctica en Colombia y desde ahí inició su viaje.
Gracias al beneficio de pasajes gratis que conseguía a través de su papá, tomó su mochila y partió a Cancún a buscar su primer trabajo profesional. Tenía un contacto que la podía ayudar, pero no resultó. Pero ya estaba allá. Argentina tenía poca oferta y una alta demanda de personas que querían trabajar en hoteles de alta calidad. Golpeó puerta tras puerta en Cancún. No no y no, eran las respuestas que recibía. Pero no se iba a ir de Cancún hasta encontrar una oportunidad.
“Mi papá desde chica siempre me decía que no a todo. Él quería tenerme en una oficina totalmente protegida y cerca de él, pero yo quería todo lo contrario. Siempre encontré la vuelta del no de mi papá en un sí. Y lo logré, pero fue toda una infancia. Entonces, en Cancún, en ese momento en que todo era no, entendí por qué tenía el papá que tenía y lo fuerte que me hizo”, cuenta. En esa búsqueda encontró una oportunidad en The Ritz-Carlton. Ingresó como recepcionista.
¿Cómo fue ese primer trabajo?
Una maravilla. Fue una locura porque todo era nuevo. Estaba como Alicia en el País de las Maravillas. Todo me parecía fascinante, todo era enorme, radiante. Me daban miedo muchas cosas, sobre todo el manejo con el dinero porque nunca había manejado tanta plata. Casi me desmayo cuando tuve que hacer un check in y cobrar dos mil dólares en una tarjeta de crédito.
Estuvo dos años en México. A los seis meses de estar como recepcionista, ya era la entrenadora del departamento. Su talento era obvio, por lo que el hotel le dio oportunidades que aprovechó y hoy es una de las principales ejecutivas del rubro hotelero a nivel mundial.
¿Cómo se construye familia estando de un país en otro?
Se puede. Todo se puede. Querer es poder y tengo muchas colegas que han logrado tener una carrera profesional y tener una familia. ¿Qué es lo que cambia? Los tiempos, que es a lo que hay que comprometerse. En mi caso, desde chica quise ser profesional, quería independencia, libertad. Para mí, mi prioridad no era casarme, tener hijos y formar una familia. No, para mí era este viaje que me llenaba de experiencias, de conocimientos y que me llenaba a mí como persona. No me arrepiento de nada, estoy más cerca de mi familia y estoy en The Ritz-Carlton por elección.
Su destacado curriculum le valió la misión de venir a Chile a abrir The Ritz-Carlton en 2003 como Directora de Habitaciones. Luego se fue por dos años a Singapur, luego 2 años más en España, 5 años en Tailandia, y ahora de nuevo en Santiago, desde el 2016, como Gerente General.
¿De aquí, Santiago, no te quieres mover?
No, pero me desafío en otras áreas de mi vida. Creo que el viaje a veces no es algo físico o geográfico, el viaje es un estado de conciencia y evolución personal. Mi vocación está en las personas. De alguna forma me toca, como se dice en inglés, pay it foward, todo el éxito que he recolectado en mi vida y mis experiencias, hayan sido fáciles o difíciles, hoy me toca devolver y elijo ayudar a otras personas a que también alcancen sus sueños y elijo ayudar a otras personas a soñar.
¿En ese sentido, el proyecto con Súmate y Emplea va de la mano?
Totalmente. Renuncié a esta empresa hace cinco años porque mi papá enfermó, entonces en ese momento dije: a mi trabajo nunca me va a faltar, soy una persona exitosa, pero tiempo con mi papá es lo que me queda poco. Entonces decidí poner mi carrera en espera, volví a casa, me tomé dos años sabáticos, hice de hija, simplifiqué la vida a lo más básico, hasta dormí en el piso en la casa de mi hermana. Siempre andaba con una mochilita para ver con quién me quedo. Mi mamá me puso una cama en el living porque no tenía más habitaciones. Hacía 20 años que me había ido. Fue una experiencia enriquecedora. Elegí volver a trabajar, pero tuve que esperar dos años para llegar aquí (Santiago). Cuando regreso, vuelvo con una cabeza y actitud totalmente distinta, renovada, energizada, desde otro lugar. Y con mucho poder.
… ¿poder en ti?
Doble. Poder mío por tener esa claridad de conciencia que conseguí en todo ese tiempo que me regalé para mí, pero por otro lado estos puestos de trabajo te dan mucha autoridad y me di cuenta que tenía un súper poder. Y que antes sólo lo usaba dentro del hotel, pero este súper poder no te limita a usarlo sólo dentro, puedes llevarlo a donde tú quieras. Estábamos en una situación que tenía una alta rotación del personal. Entonces en una conversación con la directora de recursos humanos dijimos es que tenemos que encontrar gente que valore la oportunidad. No necesitamos personas con estudios, desde ya se agradece y valor que vengan con esas cualidades, pero no es un excluyente. Sólo el inglés, por ejemplo, para áreas donde tienes que estar en contacto con el cliente. Pero también hay otros trabajo que se pueden hacer y muy bien. Entonces empezamos a buscar lugares donde hubiese gente que estuviera esperando una oportunidad, que le pueda cambiar la vida, que le abra una puerta que no hubiese soñado.
¿Cómo fue esa experiencia de dar una charla a los estudiantes de Súmate?
Súper linda. Una de las chicas, después de la charla se paró delante de todos y dijo: ‘quién iba a pensar que un hotelazo como este iba a venir a buscarnos’. No se lo imaginaron, pero bueno, así es la vida cómo te sorprende. Pero no es sólo que te sorprenda, sino que hagas algo al respecto y que aprovechen la oportunidad. Esta empresa cree que se puede llegar a donde tú quieras y no existen muchas empresas así. Son muy pocos los lugares de trabajo que fomentan el crecimiento profesional y vocacional. Y tenerlo aquí en Chile es un privilegio.
¿Le tienes miedos a los aviones?
Para nada. Desde chica que estoy arriba de un avión. Viajo a Argentina todos los meses, así que voy y vengo. Es como tomar el Metro para mí. – Dice entre risas.
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