El joven volvió al colegio después de abandonar sus estudios en tercero medio. Hoy asegura que gracias al apoyo de la fundación logró creer en sus capacidades, terminar la enseñanza media y estudiar una carrera.
Por Jacqueline Otey A.
Elías Caroca tiene 20 años y es ex alumno de la escuela de reingreso Betania de Fundación Súmate, ubicada en la comuna de La Granja. Llegó a estudiar a este colegio después de que en tercero medio abandonó el liceo al que asistía en San Ramón, tras sufrir una crisis personal generada por los bajos resultados académicos.
Después de haber sido un alumno ejemplar y obtener notas sobresalientes durante toda la educación básica, al llegar a primero medio su rendimiento disminuyó abruptamente y el sentimiento de frustración se hizo presente. A medida que pasaba el tiempo la especialidad de contabilidad que ahí cursaba, le parecía cada día menos atractiva. “Al graduarme de octavo con honores, llegué a este mundo tan diferente para mí y en un momento la disciplina y la responsabilidad se acabaron. Empecé a tener malas juntas, a portarme mal en clases y eso me llevó al fracaso. Por más que buscaba al alumno destacado que era antes, no lo lograba. Además, en ese lugar tampoco tuve apoyo en relación a lo que me estaba pasando, pese a que lo pedí más de una vez”.
Una mañana de septiembre dejó de ir a clases. “En ese momento sentía mucha tristeza. Afortunadamente en mi casa siempre intentaron darme ánimo y recuerdo que me decían: ´vamos que se puede´”. En medio de la complicada situación, un familiar le comentó a su madre sobre la escuela de reinserción Betania y juntos fueron a conocerla. “A los profesores les conté mi experiencia y me recibieron con los brazos abiertos, me hicieron sentir que valía como estudiante. Empezaron a incentivarme y me dieron la oportunidad para demostrarlo… ahí terminé la educación media en 2017. Mis papás estaban felices y orgullosos por este logro”.
Hoy sorprende por la gran personalidad que proyecta. Habla con seguridad y nos cuenta que es el cuarto de cinco hermanos, evangélico y fanático de la música cristiana. Su hobby es tocar guitarra y admira a los cantantes Alex Campos y Jesús Adrián Romero. “Con mi hermano menor con quien soy muy unido, cantamos sus temas”, dice.
Al mirar hacia atrás, considera que Súmate le cambió la vida. “En sus escuelas siempre te van a dar una oportunidad, porque hay profesores con vocación que buscan relacionarse con los alumnos y ayudarlos a sacar su mejor versión. Están preocupados de los estudiantes, de que no pasen hambre, pena, riesgos, de que estén bien”.
Para Elías fue una gran experiencia haber podido compartir en su curso con jóvenes que si bien llegaron por situaciones académicas similares, tenían realidades de vida muy diferentes. “Aunque había compañeros muy estudiosos y otros más conflictivos, siempre todos nos llevamos bien. Algunos habían estado en la cárcel; de ellos aprendí que nadie está libre de vivir algo así y que nos podemos superar. Tuve otro compañero que tenía 18 años y vivía solo y eso a mí me impactó, pero igual logró terminar sus estudios”, comenta.
Elías hoy estudia la carrera de técnico en comercio exterior en Inacap y poco a poco empieza a dar pasos hacia su futuro donde no descarta ser profesor. “Me gusta la carrera y pretendo trabajar, pero mi sueño más adelante es estudiar pedagogía en matemáticas o historia. Desde chico quise enseñar”.
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