Ricardo Espinoza trabaja en la OCDE comparando experiencias educativas entre países y será el orador en el seminario “Del Dicho al Derecho: Modelo de Calidad de Escuelas de Reingreso para Chile”, organizado por Hogar de Cristo y su Fundación Súmate y UNICEF, que se realizará este 13 de marzo en el Edificio Telefónica. 360 mil niños y jóvenes están fuera del sistema escolar; este modelo podría hacerlos recuperar su derecho a la educación.
Por Ximena Torres Cautivo
Cuando era estudiante, al economista Ricardo Espinoza (36) lo motivó la causa de la fundación CreceChile, que ofrece nivelación de estudios y talleres de alfabetización e integración gratuitos a adultos de comunas vulnerables de Santiago.
Entonces trabajó como profesor voluntario.
Hoy, que es doctor en Economía y se desempeña como analista de políticas educativas comparadas en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en París, será el principal expositor del seminario “Del Dicho al Derecho: Modelo de Calidad de Escuelas de Reingreso para Chile”, al cual Fundación Súmate y UNICEF convocan para este 13 de marzo. En él se expondrá la realidad de los casi 360 mil niños y jóvenes que están fuera del sistema escolar en Chile, problemática que afecta sobre todo a la población económica y socialmente más vulnerable.
</>
Dice el experto OCDE: “He estado vinculado con esta problemática desde un punto de vista tanto personal como profesional. Fui por muchos años profesor voluntario en los programas de nivelación de estudios para jóvenes y adultos con educación básica y media incompleta. Esto me permitió conocer de primera fuente los desafíos que enfrentan esos alumnos, entender sus sueños y anhelos de reintegrarse a la sociedad mediante la educación. Ese paso fue clave para decidir continuar mis estudios en Estados Unidos, donde me especialicé en economía y políticas educacionales, camino que he seguido desarrollando. Mi trabajo en la OCDE me ha permitido mirar la problemática desde un punto de vista más global y entender que la solución a muchos de los problemas en educación, como el de la exclusión, pasa por nutrirse de la experiencia internacional, tener la capacidad de adaptar programas exitosos al contexto nacional, generando los consensos necesarias dentro del gobierno y la sociedad civil para abordarlos”.
Ricardo es doctor en economía de la Universidad de Maryland y tiene una licenciatura y maestría en Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha trabajado en investigaciones económicas aplicadas a la estimación de los retornos a la educación, el efecto de las políticas de ayuda financiera en la oferta y demanda de educación superior y en el diseño de mecanismos de admisión centralizados a escuelas y universidades.
-¿Cómo abordan los países la problemática de la exclusión educativa? ¿Tienes ejemplos concretos de otros países que te parezcan luminosos en el tema?
-Muchos países han hecho esfuerzos importantes por disminuir las tasas de desescolarización. Los programas más éxitosos de retención de alumnos se caracterizan por tener un sólido sistema de monitoreo que permite detectar con anticipación a los alumnos en riesgo y de proveer un soporte integral que abarca no sólo el componente académico, sino también el familiar y psicológico. Países como Noruega, Suecia y Australia tienen experiencias exitosas. Más allá de esos esfuerzos, las escuelas de reingreso son herramientas muy utilizadas para reintegrar a sus alumnos excluidos. Las hay de distintos tipos. Algunas están pensadas para ser sólo de transición, mientras que otras están concebidas como alternativas a las escuelas tradicionales. Por lo general, estas escuelas ofrecen ambientes educativos más flexibles, con estructuras modulares y muchas veces conectados con oportunidades laborales. Los programas más exitosos tienen también un fuerte componente de acompañamiento y soporte, tanto personal como familiar. Estados Unidos, Francia, Suecia, Australia llevan décadas perfeccionando sus escuelas de reingreso, modelos de los cuales se puede aprender mucho. En este sentido, no puedo si no alegrarme por esta iniciativa del Hogar de Cristo, que busca recoger estas experiencias exitosas e incorporarlas en su modelo de escuelas.
-¿Es la exclusión educativa un tema directamente asociado a la pobreza?
-Está, sin duda, asociado a la condición de pobreza, pero es un fenómeno más complejo y claramente multidimensional; hay factores personales, familiares, culturales e históricos que ayudan a entender la exclusión educativa. En algunos países, la exclusión es mayor entre poblaciones históricamente excluidas o en desventaja, como pueden ser minorías étnicas. Es también mayor entre alumnos que no cuentan con un entorno y apoyo familiar estable y propicio para incentivarlos y soportarlos. Por esto mismo, la solución al problema de la exclusión no pasa sólo por combatir la pobreza. De hecho, la exclusión persiste y es aún alta en países mucho más desarrollados que Chile.
-¿En qué países, por ejemplo?
-Por ejemplo, en España, Italia, Portugal y, en menor medida, en Islandia o Nueva Zelanda, donde la tasa de adultos de entre 25 y 34 años que no completaron educación secundaria, es alta, en el rango de 20-30%. Es decir, este es un fenónemo que si bien se ha ido reduciendo en el tiempo, persiste a pesar del progreso económico.
-¿Qué te parece el modelo de escuelas de reingreso presentado por el Hogar de Cristo?
-El modelo del Hogar de Cristo, que se presenta con detalle en el libro, contiene muchos elementos para ser un programa exitoso. Pone énfasis especial en ciertas características que han resultado positivas en otros países, como el proceso de acompañamiento, tanto durante como después de los estudios; otorgar una educación flexible y personalizada, con docentes y directivos capaces de trabajar y potenciar a estudiantes en situaciones de exclusión. Es, sin duda, un modelo bien pensado y elaborado que recoge la opinión y experiencia de un grupo amplio de docentes y expertos en el tema.
-¿Compartes que la educación para estos grupos no puede ser la misma que para el resto de la población?
-Hablamos de una población que no ha tenido las mismas oportunidades y privilegios que el promedio y que ha estado expuesta a condiciones más desfavorables que el resto. Este cúmulo de experiencias han gatillado, de alguna manera u otra, la exclusión del sistema de educación tradicional. Por esto, sus necesidades pedagógicas, los métodos de enseñanza y los énfasis, deben ser distintos. El objetivo debiese estar orientado a nivelar y retomar la senda académica, brindar confianza y empoderar al alumno para que, a través de su esfuerzo y de la ayuda que le brinde la escuela de reingreso, pueda desarrollarse plenamente en lo personal y en lo académico y laboral.
¿Quieres apoyar la reinserción escolar de niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad? ¡Hazte socio!