Si buscas su música en YouTube debes hacerlo por Titan Mc, para encontrar las creaciones de este joven hiphopero y músico callejero desde los 15 años, que estudia en las mañanas en una escuela de reingreso de Fundación Súmate y trabaja en las tardes cantando en el metro. Con su muleta y su parlante a cuestas, es un rehabilitado de la Teletón y un titán en el ring de la vida.
Por: María Teresa Villafrade
Franco Rodrigo Ferreira Rojas nació prematuro, de 32 semanas, hace 18 años en un hogar modesto de la comuna de Maipú. Eso le produjo una diplejía espástica de predominio derecho que lo llevó a rehabilitación en la Teletón desde los dos años hasta alcanzar su mayoría de edad. Su historia va de la mano de la discapacidad y del bullying, de la resiliencia que lo impulsó a volver a estudiar y de la pasión que siente por la música.
A Franco no le gusta recordar sus primeros años de infancia: “Tengo muy malos recuerdos de mi paso por el colegio Cardenal Carlos Oviedo Cavada, donde estuve desde kínder hasta quinto básico. Por culpa de mi discapacidad tuve que pelear para defenderme: algunos compañeros me quitaban la mochila y salían corriendo, me rompían mis lápices y me ponían feos sobrenombres, me amenazaban que si contaba algo, nadie me iba a creer. Lo pasé pésimo y la mayoría de las veces no hablé”, cuenta, enojado.
Puso fin a su calvario, cuando le contó a su familia del bullying que sufría en silencio. Sus padres, Rodrigo y Florentina, decidieron cambiarlo al colegio Diego Portales, de Maipú, donde estuvo hasta primero medio, porque ahí comenzó otro viacrucis: una serie de operaciones que lo obligaron a aprender a caminar de nuevo y a dejar los estudios ya que sus inasistencias lo hicieron perder ramos y continuidad en su aprendizaje.
“ME DA RABIA CUANDO CRITICAN A LA TELETÓN”
“Soy un agradecido de la Teletón, de sus médicos y kinesiólogos, y de mi familia, que siempre me apoyó en todo el proceso de rehabilitación. Me da mucha rabia cuando critican a la Teletón y dicen que es un robo porque no es así. Los que hablan nunca han estado en uno de sus institutos, yo he estado allí toda mi vida y tengo argumentos para defenderlo”, agrega.
Estuvo un año y medio sin estudiar y, una vez recuperado de las cinco operaciones que tiene en el cuerpo, decidió ponerse a trabajar en la música, que le apasiona mucho más que el estudio. Se puso a componer raps viendo videos en YouTube, aprendiendo de manera autodidacta. Quería ganar dinero tal como hacían sus amigos raperos, subiéndose a las micros a cantar con un celular en la mano como acompañamiento, ya que no tenía recursos para nada más.
“El primer día que lo intenté, me paré al medio de la micro, miré a toda la gente y me bajé. No me atreví a cantar”, confiesa divertido. Derrotado volvió a su casa y siguió ensayando. Al día siguiente lo volvió a intentar. “Ahí me metí con todo y no he parado hasta hoy”, agrega. La única diferencia es que ahora prefiere el metro porque es más cómodo y seguro para desplazarse con su muleta.
Al cumpleaños siguiente, sus padres le regalaron un parlante y con el dinero que recaudó pudo comprarse un segundo parlante más grande. Ya tiene tres discos grabados: Mitología del Rap, La Voz con Peso y HenmanRap, algunos están en internet y otros son cd compactos.
“QUERÍA VOLVER A ESTUDIAR PERO ESTABA TRAUMADO”
Un día de trabajo habitual como músico callejero, por casualidad se bajó la estación Santiago Bueras del Metro. Caminando, llegó al colegio Padre Álvaro Lavín, de Fundación Súmate del Hogar de Cristo. Entró a averiguar si podía estudiar allí y se encontró con que era una escuela de reingreso que le permitiría cursar dos años en uno para así no seguir atrasándose en su trayectoria educativa.
“Este 2018 entré a hacer primero y segundo medio y estoy feliz. Siempre quise volver a estudiar pero estaba traumado, porque sentía que estaba atrasado en relación al resto. Lo bueno acá es que todos estamos en las mismas y recibimos apoyo en todo sentido, se preocupan de que nadie quede atrás”.
Se inscribió en el taller de música y junto a su compañero de curso, Benjamín Soto, formaron el dúo hiphop “Benja y Franco”. Junto al famoso rapero Omega, grabaron un disco de alta calidad, todo un logro que lo enorgullece. “De no haber sido por Súmate, jamás se me habrían abierto las puertas de la música y tampoco habría salido en la tele, en el programa Rojo, el color del talento, de TVN”, dice aludiendo a la visita que hizo el clan a los ensayos preparatorios del Encuentro de Bandas que se hace una vez al año con todas las bandas y grupos musicales de las escuelas de la fundación.
Ahora Franco finalizó con éxito sus estudios y sigue adelante con su trabajo en el Metro, apoyado por sus padres, su hermano menor Maximiliano y su novia Débora, a quien cariñosamente llama “negrita”. Ella es una fuente de inspiración para algunos temas, como también lo son temas menos gratos y nada románticos, como el bullying y las drogas. De su disco Mitología del Rap, Titan Mc se despide cantando:
Me da pena ver cómo la droga está subiendo/ y cómo de a poco se está expandiendo/ y cómo niños chicos en la esquina la están consumiendo/ así es el ambiente que varios están viviendo / este rapero de lo malo todo va saliendo/ y la mentalidad de a poco las estoy prendiendo/ mi gente dense cuenta en el vicio se están perdiendo/ y que gota a gota van a ir desapareciendo/ y a sus familiares la pena los está consumiendo/ ver cómo a su ser querido el vicio lo está matando/ mi gente dense cuenta a lo que estamos llegando/ espero que la mente les esté cambiando/ como yo este peso de encima guacho, se lo estén sacando/ sé que hay veces que has llegado hasta matar pero aún están a tiempo de su vida cambiar / así como varias personas exviciosas puedes progresar y mi guacho, por el buen camino optar/ y eso de buena forma ya poderlo dejar, ya, Titan Mc me fui presentando dando un mensaje hermano, creando conciencia /