Señor Director:
Respecto del proyecto “Aula segura”, quisiera aportarles mi experiencia de cuando fui practicante en un colegio de la Fundación Súmate, que se dedica a la reinserción escolar y contaba con algunos estudiantes que llegaban con el calificativo social de ser “delincuentes disfrazados de estudiantes”.
Para los funcionarios era un hecho que las medidas autoritarias son absolutamente ineficaces para abordar los problemas de violencia escolar. Por el contrario, el constante diálogo de toda la comunidad educativa para darle un lugar a ese problema y enfrentarlo, aun cuando fuese doloroso para la institución, representaba una alternativa real. Los estudiantes con la etiqueta de “delincuentes” o “violentos” que generaban apego con la escuela y recibían el apoyo social adecuado lograban procesos educativos exitosos. Más aún, en el colegio estaban orgullosos de ellos.
Mirar experiencias como la de la Fundación Súmate puede ayudar a las autoridades a visualizar los problemas de manera más amplia y generar herramientas reales para las comunidades que tanto lo necesitan.
Pedro San Martín Ahumada
Publicado en diario La Segunda.