Este periodista catalán sostiene que la educación del siglo 21 debe priorizar el learning by doing, que es aprender de manera social y colaborativa, en un contexto creativo que estimule a los alumnos. A fin de mes, será el orador extranjero invitado al seminario Prevenir para Incluir.
Por Ximena Torres Cautivo
“He conocido el enorme interés que existe en Chile por garantizar una educación de calidad para todos, impulsando procesos de cambio educativo, intentando luchar contra la inercia de las barreras burocráticas, mejorando la capacitación de los directivos y docentes. También me han hecho llegar la preocupación por combatir la brecha que provoca la exclusión social y conseguir un sistema escolar más equitativo”, nos responde desde Cataluña el periodista y experto en educación Josep “Pepe” Menéndez (62), quien será el orador internacional del seminario “seminario “Prevenir para Incluir”, organizado por Paréntesis y Súmate.
Ambas fundaciones del Hogar de Cristo que trabajan la prevención de consumo problemático de alcohol y drogas, y el abandono del sistema escolar y la reinserción en sus escuelas de reingreso, respectivamente, se unieron para ofrecer a todos los interesados esta instancia que incluye dos conferencias -una de ellas es la que dará Pepe Menéndez- y seis talleres.
“Prevenir para incluir” se desarrollará desde las 8:30 del 29 de mayo en Avenida Andrés Bello 2777, Las Condes. Es gratuito y está dirigido a profesores, orientadores, sicólogos y a todos los que trabajan con comunidades escolares, así como a los alumnos de carreras como pedagogía y sicología.
Menéndez creó, diseñó y ha impulsado el proyecto de transformación educativa Horitzó 2020, vinculado a los colegios jesuitas de Cataluña, los que llevan a cabo una experiencia que es mucho más que una renovación de las técnicas pedagógicas en las escuelas. Ha sido además director adjunto de Jesuïtes Educació (2009-2017) y director general del Colegio Juan XXIII de l’Hospitalet de Llobregat (1998-2009). Especialista en liderazgo, innovación educativa y gestión del cambio, Pepe ha acompañado procesos de transformación en instituciones educativas públicas y privadas de España, Europa y Latinoamérica. Y ahora, lo tendremos en Chile compartiendo sus experiencias.
-¿Háblanos de tu etapa como director general del Colegio Juan XXIII de l’Hospitalet de Llobregat? ¿Qué tiene de particular ese colegio?
-El Juan XXIII es un colegio en una zona de clase obrera que fue fundado para dar respuestas a la llegada masiva de población inmigrante del resto de España en los años 60. Lo creó un jesuita, el padre Ituarte, quien, con otros sacerdotes y laicos, promovieron un proyecto de escuela comunitaria, que educara a niños y jóvenes, y fuera un lugar de encuentro de la población adulta. Se acabó construyendo un edificio con la ayuda de las propias familias. La educación se orientó a la etapa obligatoria y a la formación técnico-profesional, que facilitara la alfabetización y la inserción laboral. El colegio siempre se ha vinculado con los problemas y proyectos del barrio y de sus gentes: es un auténtico centro comunitario. Yo fui el primer laico que dirigió la escuela y me encontré con un clima de gran compromiso por parte de los educadores y de gran reconocimiento por su nivel educativo y por su compromiso social y ciudadano. Mis esfuerzos se orientaron hacia la proyección pública del colegio, la internacionalización de la experiencia de sus estudiantes, la mejora del nivel educativo apoyado en los planes de calidad, la potenciación de la relación con las empresas en la formación profesional y la creación de un centro de innovación tecno-pedagógica.
No resulta casual que Josep “Pepe” Menéndez dé su charla en el auditorium de SOFOFA, agrupación empresarial que se ha asociado y está impulsando varios proyectos educativos en escuelas de reingreso de Fundación Súmate, sensiblizada por el fenómeno de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados “NINIS”, a causa de su gran vulnerabilidad.
-¿Qué cambios es necesario impulsar en la educación de nuestros jóvenes hoy?
-Es necesario cambiar el modelo educativo y el proceso de enseñanza y aprendizaje para profundizar en el sentido de la escuela en el contexto del siglo 21. Pasar de centros de enseñanza a centros que puedan garantizar el aprendizaje de todos, más allá de sus circunstancias personales, familiares y sociales. Esto significa poner al alumno en el centro de la actividad, y potenciar la diversidad de metodologías, priorizando el «aprendizaje activo o learning by doing, el aprendizaje social, colaborativo y cooperativo, en un contexto de aprendizajes creativos que estimulen a los alumnos, conectándolos con su proyecto vital.
-¿Cuáles son las experiencias más interesantes en materia de innovación tecnológica aplicada a la educación de los jóvenes?
-Lo más significativo es la relación que se produce entre las propuestas metodológicas colaborativas, de aprendizaje constructivista y de potenciación de la autonomía de los alumnos con el uso de la tecnología (TIC), dado que ésta favorece la adquisición de esas competencias y un mayor protagonismo del alumno en su aprendizaje. La cuestión no es la modernidad tecnológica, sino el valor que las tecnologías dan a los valores que deseamos implementar en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
-¿Qué es lo más importante que has descubierto en tus investigaciones?
-Que lo más importante es el autoconocimiento de la persona, su capacidad de encontrarse y reconocerse a sí mismo en un contexto de convivencia con otros. Esta es la base que permite a un alumno avanzar en su aprendizaje y entender el sentido que tiene la educación que va recibiendo. Para ello necesita probar, equivocarse y compartir, en entornos de confianza, reconocimiento y pertenencia.