Es un proyecto creado para jóvenes egresados de cuarto medio que no cuentan con acceso a la educación superior por falta de recursos económicos.
Por Verónica Vidal
Al conversar con Emanuel, nadie imaginaría que este chico de aspecto risueño, sufrió bullying cuando cursaba la educación básica. “Eso me hizo ser bastante introvertido, especialmente los últimos años. En octavo básico era muy cerrado, vivía mi mundo. No tenía amigos y pasaba solo. A esto se sumó que en mi casa pasábamos por un momento muy malo económicamente. Mi padre estaba sin trabajo y no teníamos nada, ni para comer. Recuerdo que un día mis padres en su desesperación por mejorar su situación y conseguir una salida a este problema, salieron a caminar y en su deambular se encontraron con la Fundación Hogar de Cristo. Sin ninguna ilusión entraron a pedir ayuda y, gracias a Dios, se encontraron con la grata sorpresa que los escucharon y les brindaron apoyo, incluso les regalaron una cajita de mercadería. Eso para nosotros fue una gran ayuda. Se sentían tan felices. Desde ese día y hasta hoy mi relación con el Hogar de Cristo y sus fundaciones han sido parte de mi vida”.
Desde octavo básico, Emanuel tuvo interés por estudiar telecomunicaciones. “Siempre me gustó el tema de la computación y la opción más segura era estudiarlo en el Liceo Politécnico de Renca, comuna donde yo resido, pero no contaba con los recursos económicos para hacerlo. Ahí cuando nos hablaron por primera vez de Fundación Súmate. Les comentaron a mis padres que esa fundación nos podía ayudar y que podría continuar mis estudios secundarios. Ellos fueron a averiguar e inmediatamente me inscribieron. Gracias a Súmate pude estudiar la educación media y paralelamente, comencé a asistir a los talleres que brindaba la fundación y de a poquito comencé a ir superando el problema del bullying. Lo primero que me enseñaron fue que no era bueno que me cerrara tanto, nos hicieron un pequeño taller de teatro, ahí comencé a abrirme, a conversar más. En ese primer año aprendí mucho”.
En ese taller, nos cuenta con orgullo, logró hablar en público, lo que para mí era impensado. Era tanta mi timidez que no podía ni conversar con otras personas, mucho menos frente a un grupo grande. Ese fue mi primer gran logro personal y todo gracias a Súmate”.
Una vez finalizada la enseñanza media, decidió seguir estudiando y optó por covertirse en Técnico en Redes Computacionales. “Pasar de la educación media a la superior me costó mucho. Fue un gran salto, pero gracias a la fundación, que siempre estuvo apoyándome, en todo el proceso, resultó mucho más llevadero y fácil. Si me costaba alguna materia, tenía reforzamiento, los profesores en todo momento estaban pendiente de mi rendimiento y me ayudaban a mejorar. Al principio, tenía el temor de que las materias me la ganaran, pero siempre había alguien de Súmate diciéndome ‘¡Vamos, tú puedes!, ¡Confiamos en tus capacidades!’. Esa confianza nunca nadie me la había brindado. Ese apoyo moral me dio la confianza para seguir avanzando en mi camino profesional y a no quedarme estancado. Gracias a todo ese incentivo, hoy sigo estudiando. Estoy en Ingeniería en Conectividad en Redes, en DUOC UC y quiero seguir perfeccionándome cada vez más”.
El sueño de Emanuel es ser empresario. “Sueño con tener mi empresa, con la idea de darles trabajo a todas aquellas personas que lo necesiten y mejorar su calidad de vida. Darles la oportunidad que yo he tenido y hacer de la nuestra una sociedad más justa para todos”.
-¿Qué les dirías a todos esos jóvenes que hoy desean estudiar en la enseñanza superior, pero no tienen los recursos económicos para hacerlo?
-Les diría que la Fundación Súmate es la salida a todas estas dificultades, que es la mejor opción que pueden tener para poder salir adelante, surgir y cumplir sus sueños. Si quieren seguir estudios superiores y ser los mejores, Súmate es la mejor entrada para eso. Por eso, me sumo a la campaña de socios de este 2018 y les digo ¡Que terminar con la pobreza te mueva tanto como a mí estudiar para cumplir mis metas y sueños!
